En el teléfono, el domingo 5 de Febrero:
Hoy acabo de descubrir que la "loca" de dos cuadras más abajo de casa sigue viviendo allí... viviendo. No la veía hacía meses, tal vez años, y supuse que ya no vivía, por no decir que pensaba que estaba muerta.
La cuestión con esta señora es que tiene la costumbre, no, la manía, porque eso ya es una manía, un síntoma de algún problema neurológico, de baldear la vereda y calle todos los días, varias veces al día, incluso cuando llueve en pleno invierno...
Pobre señora, la trato de loca sin conocerla en verdad... pero si la vieran baldear y limpiar con un escobillón que ya no tiene pelos, hacerlo tanto cuando el sol raja la tierra, así como cuando la lluvia no da tregua.
Presiento que en su casa guarda todos esos escobillones gastados de tanto fregar el frío cemento en invierno y la brea caliente en verano, todos allí acumulados como premios, como recuerdos.
Tal vez ella es la Penélope actual de esta ciudad, esperando a su Ulises mientras limpia la entrada a su hogar, evitando cualquier suciedad que pueda interponerse a los pasos de su prometido. Tal vez es la Amaike actual, separada de su indio y esperándolo sin saber que en piedra se convirtió y que ha de vigilarnos desde lo alto del cerro. Pero, de ser así, los años pasaron y pasan, y la señora ha de envejecer esperando, mirando, tal vez, con añoro el paisaje de este valle que habitamos...
Tal vez, y sólo tal vez...