Cuando te pasa que al estar con alguien no puedes dejar de sonreír y mantienes esa mueca verdadera todo el tiempo. Una sonrisa verdadera, esa tan inusual en tí. Cuando tu corazón se acelera de alegría. Cuando el silencio no es incómodo. Cuando pasan cosas así te das cuenta que esa persona que está a tu lado te importa.
Porque caminar a las 4 de la madrugada en una fría noche de otoño junto a esa persona, por más larga que sea la caminata y por más que aumentes tu propia caminata sólo para acompañarla a la puerta, no es molestia. Todo lo contrario. Es un momento de compartir. Y sentís que le importas en verdad a alguien a quien puedes tocar a tu lado.
Y por más que te encuentres encerrado en lafucking frienzone, son momentos que disfrutas.
Porque caminar a las 4 de la madrugada en una fría noche de otoño junto a esa persona, por más larga que sea la caminata y por más que aumentes tu propia caminata sólo para acompañarla a la puerta, no es molestia. Todo lo contrario. Es un momento de compartir. Y sentís que le importas en verdad a alguien a quien puedes tocar a tu lado.
Y por más que te encuentres encerrado en la
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