viernes, 29 de mayo de 2015

En el auto

Vas en un auto. Tu crush está al lado tuyo. Una radio random suena. En un momento una canción que reza "abrázame, corazón" se escucha. Vos te quedás mirando por la ventanilla y pensando "¡Cómo quisiera eso!". El semáforo se pone verde. Arrancan. 
Ella tiene sueño, bosteza. Otro semáforo. Otra canción. Ella dice que es más conocida, pero remixada. Vos no llegás a captarla. Algunas risas. Cuadras y charlas.

Fin de camino. Después de un par de palabras, algunas risas, algunas "inocentes peleas", llegó el momento de saludarla. Te acercás. Y sólo podés pensar en "te comería la boca". Pero el beso va a su mejilla. Un poco incómodo, como siempre ha sido con ella.
Abrís la puerta y te bajás. Porque, claro, ella es la que tiene auto. Vos sos un sapo en el camino.
La saludás. Le decís "gracias, pero me seguís debiendo el viaje a Mendoza". Ella contesta reclamando los masajes, tus masajes. Llegan a un acuerdo entre risas. Saludás, cerrás la puerta y entrás.

Y te sentís un sapo.

miércoles, 27 de mayo de 2015

De tesina, exámenes y procrastinación

Me sentaría a pensar, investigar, diseñar o escribir la tesina de grado. Ese trabajo de, relativamente, pocas páginas que se necesita para obtener el título de grado que hace años persigo. Me sentaría sin quejarme, estaría nervioso pero con placer. No como el 99% de los alumnos de la carrera, que reniega y se quejan por hacer hacer una tesina, muchos cayendo en la repetición de temas para tener mucho procesado ya. Yo quisiera un tema original, que me pida trabajarlo.
Me sentaría... en condicional.
Si tan solo no tuviera antes que sentarme a estudiar para el examen más difícil de la carrera. Así lo siento. Si tan solo fuera el único examen por rendir. Pero sí es el único al que temo, más después de intentarlo una vez, más conociendo a los "profesores" (entre comillas porque no son verdaderos docentes -ni decentes personas-). Más sabiéndome en un oral.
Pero no puedo. No siento que pueda lograr superar este examen. No puedo ni sentarme a estudiar un par de horas. No puedo estudiar solo. No tengo ganas. No tengo fe. No... 
Procrastino. Una y otra vez. Cada lunes. Cada semana.

Mientras, con un par de exámenes por rendir, una residencia por cumplir y una tesina por escribir, me siento acá, en mi habitación, aburrido, solo, a pensar en lo que soy y en lo que no soy, en si logré algo y en lo que no logré, en tantas cosas y otras más, sin saber a dónde voy, sin saber qué hacer con esto, sin saber, nada más.

lunes, 25 de mayo de 2015

Game Over

 
Me lo enseñaron mis sobrinos.
Adoro los secretos de Google.
(Bueno, no los secretos de la empresa en sí, sino las cositas ocultas en sus servicios)

sábado, 9 de mayo de 2015

De Sombras

Pocos saben de Sombras. Pocos lo conocen. Ya lo he dicho alguna vez. Sólo unos pocos han sido enterados de aquellas letras de tinta. Pocos han sido enterados de aquella selección.
Sombras, un cuento corto, nació en una cuadra oscura con un gran terreno cubierto de frondosos algarrobos. Las escribí de noche. Una noche que estaba más iluminada que de costumbre.
Una editorial con una convocatoria de cuentos. Eso llevó a varias noches de charlas. Decisiones tomadas. Las Sombras fueron las elegidas.
En el 2012 con Roosie habíamos decidido jugar con el destino. Decidimos anotarnos en algún concurso literario. Una noche comenzamos a hablar sobre la convocatoria de Editorial Dunken. Noches llevaron las revisiones y comentarios sobre los textos a mandar. Hasta que una noche mandamos, en simultáneo, yo desde Tandil, ella desde Gran Bs.As..
Los meses pasaron y el estado de los cuentos no avanzó. Con el tiempo dedujimos que ya habían sido descartados. Con el tiempo, nos olvidamos.
Pero un día, recibí un mail.
La Editorial Dunken me comunicaba que el cuento había sido seleccionado para estar en una antología. Debía dar mi consentimiento. Lo dí, no perdía nada. Un tiempo después recibí un borrador del libro, en el cual debía revisar si mi cuento estaba correctamente escrito. Lo leí, se lo hice leer a Roosie. Lo aprobamos.
En noviembre de 2013 se publicó Laberintos. En marzo 2014 recibí mi copia.
Ahora, un cuento mío pulula en las ferias del libro (Roosie compró una copia hace unos días en la Feria del Libro de BsAs), en librerías, en estanterías.
Otros tienen mis letras en sus estanterías. Mis Sombras.

Pero muy pocos lo saben.

jueves, 7 de mayo de 2015

Había

¿A dónde fueron a parar las esperanzas?
No se hallan ya en mi mente.
¿A dónde pertenezco?
Otra pregunta que retumba en mi cabeza.
No pertenezco acá... tampoco allá.
Saberme sentado aquí,
sentirme que no debo,
no sentir que pertenezco.
Saberme cerca,
queriendo estar lejos.

No poder huir.
Sentirse retenido en un acá
que no es propio.

Blackout. Muse