Esta es una entrada rápida, extraña (hasta cierto punto) y algo divertida.
El miércoles 5 de agosto rendí un examen final (que por suerte me fue bien y estoy refeliz por eso), y para despertarme a horario tuve que poner muchas alarmas la noche anterior. Vale aclarar, yo pongo las alarmas del celular cada 5 minutos en un rango de 30 minutos a 1 hora (jeje), junto a la radio que se prende y queda prendida hasta que me levante. Igualmente, cuando tengo algún examen los nervios me hacen despertarme con los primeros sonidos de la mañana.
Esa mañana fue todo bien, pero no es la mañana que viene al caso. Las mañanas que hacen a la entrada son las de los 4 siguientes días.
Esas noches dormí bastante más tranquilo, descansé bastante, y me desperté a mi horario habitual (tarde como siempre, es decir al mediodía jaja). Las cuatro mañanas (casi mediodías) estiré la mano desde lo cama para agarrar el teléfono, que las noches anteriores había dejado en la cómoda de al lado de la cama, pero allá no estaba. Las cuatro mañana el teléfono había desaparecido de la cómoda.
Ante el no encuentro del teléfono lo busqué (sobre todo las 2 primeras mañanas, las otras 2 veces ya suponía dónde estaba) y lo encontré al lado de mi cabeza, debajo de los bordes de tela que sobran de la funda de la almohada. Allí estaba el muy descarado. Me hice la cabeza tratando de recordar el porqué, pero ningún porqué aparecía. No tenía nuevos mensajes, no tenía llamadas perdidas, nada...
Hasta que el cuarto día, en un momento de aburrimiento, de esos en que empiezo a toquetear el teléfono y a revisar cada cosa que tiene (aunque nunca descubro nada nuevo), encontré el porqué.
Me había olvidado de sacar la alarma diaria, esa que suena todos los santos días había quedado a las 7:10 de la mañana. Esa era la razón de que "amaneciera" con el teléfono al lado de la almohada. Y yo jamás reaccioné conscientemente a la alarma. Mi Yo Dormido tomaba el teléfono, apagaba la alarma y lo dejaba en el lugar donde esas cuatro mañanas lo encontré.
"Si así fue, así pudo ser; si así fuera, así podría ser; pero como no es, no es. Es cuestión de lógica." Lewis Carroll
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