domingo, 25 de mayo de 2014

Es así Rocamadour:

Micros de Julio Cortázar. Canal Encuentro.

Cuando te pasa

Cuando te pasa que al estar con alguien no puedes dejar de sonreír y mantienes esa mueca verdadera todo el tiempo. Una sonrisa verdadera, esa tan inusual en tí. Cuando tu corazón se acelera de alegría. Cuando el silencio no es incómodo. Cuando pasan cosas así te das cuenta que esa persona que está a tu lado te importa.
Porque caminar a las 4 de la madrugada en una fría noche de otoño junto a esa persona, por más larga que sea la caminata y por más que aumentes tu propia caminata sólo para acompañarla a la puerta, no es molestia. Todo lo contrario. Es un momento de compartir. Y sentís que le importas en verdad a alguien a quien puedes tocar a tu lado.
Y por más que te encuentres encerrado en la fucking frienzone, son momentos que disfrutas.

viernes, 23 de mayo de 2014

Estúpido Bajonero

Porque no puede ser que siga así.
Sólo 4 finales faltan. Pero cada vez parece más lejano todo. Si soy tan estúpido de no poder presentarme a rendir. Hace meses que intento dar una estúpida materia y el día de anotarme me ataca el pánico y desisto... una y otra y otra vez.

Ya me cansé de dar mal y salir de rendir como si me hubiesen usado de puching ball. Estoy cansado de sentir que no me va a ir bien. Estoy cansado de pensar que no sé lo suficiente como para ir a enfrentar a gente con caras soberbias que se creen saber el mundo. Y cada vez tengo más miedo de dar exámenes.
Quiero sentir que puedo. Quiero ser yo quien le pegue a la vida.
Sobre todo, quiero dejar de pensar en futuros y sentir que merece la pena el solo hecho de intentar.

lunes, 19 de mayo de 2014

De veranos

... y porqué odio esa estación del año.
Cada vez que se acerca esa temporada mi odio interno florece y fructifica y vuelve a florecer y fructificar. Bue... No me gusta el verano por muchas cuestiones. Tanto personales físicas, psíquicas, como de veranos pasados... y de los presentes también.
De chico pasaba mis veranos yendo en contra de mi voluntad al taller con mi papá. Pintaba, desarmaba carburadores, barría, iba a comprar repuestos.
Creo que cuando era apenas un nene de 6 o 7 años no me importaba tanto, pero al crecer cada vez odiaba más ir al taller. Ese odio se basa tanto en el hecho de que no quería ir, quería quedarme en casa a dormir un poco más y hacer cosas de chicos por la tarde  (aunque no tenía amigos en el barrio -apenas había niños y eran de "otra clase social"-), como en el hecho de no recibir nada a cambio de pasar el día ahí, y en el hecho de lo que los autos de carrera que preparaba mi papá significaban en nuestra relación, ahora casi nula.
A veces estaba mi cuñado. Un verano hicimos un galponcito juntos. Una vez me dijo que mi papá me llevaba para pasar tiempo conmigo, yo hubiese preferido otros lugares para eso.
Hubo veranos en que iba al taller a la mañana y al club a la tarde, con algunas manchas de pintura. En el club quedaba raro, entre tanto cheto alguien con manchas de pintura que había olvidado o no salían.
Uno de los últimos veranos en el taller me dejó una de las cosas más importantes en mi vida, mi perra. Ella apareció a la vuelta del taller, desnutrida. Mejoró y se convirtió en mi compañera. Todavía la extraño.
Siempre fui vergonzoso. Nunca me gustó andar en cuero. Con el tiempo me volví más vergonzoso, sobre todo con respecto a mi aspecto físico, y dejé de ir a piletas, de meterme en la pelopincho, de sacarme la remera. Odio el calor. Odié que me llamaran vampiro cuando no quise ir a una quinta a pasar el día en pileta. No. Odio ser así,más en verano.
Odio el verano.
Odio quedarme solo todos los veranos. Cada vez que se acercan las vacaciones la mayoría de las personas con quien paso el año (aunque no soy tan frecuentado ni frecuentador) huyen hacia sus ciudades, se van de vacaciones, viajan con amigos, viajan con novias. Yo me quedo aquí, en el mismo lugar de todo el año, tratando de soportar un verano más en soledad.